viernes, 24 de abril de 2009

La Doctrina

San Agustín comienza la búsqueda de la verdad de una manera casi desesperada. Ya a los diecinueve años se pasó al racionalismo y rechazó la fe en nombre de la razón. Sin embargo, poco a poco va descubriendo que la razón y la fe no se oponen, sino que su relación es de colaboración. La fe es un modo de pensar asistiendo, si no existiese el pensamiento, no existiría la fe. Por eso la inteligencia es la recompensa de la fe. La fe y la razón son dos campos que necesitan ser equilibrados y complementados.

Esta postura se sitúa entre el fideismo y el racionalismo. A los racionalistas le responde: Crede ut intelligasIntellige ut credas ("comprende para creer"), pues es imposible creer sin razón. San Agustín quiere comprender el contenido de la fe, demostrar la credibilidad de la fe y profundizar en sus enseñanzas. ("cree para comprender") y a los fideístas:

La espiritualidad agustiniana se orienta al culto y amor de la Trinidad, tiene por centro a Cristo y esta se da en el centro de la Iglesia, su tarea es la restauración de la imagen de Dios en el hombre y se nutre de la sabiduría de las Escrituras.

Sus líneas esenciales son:

  • La vocación universal a la santidad. Todos los cristianos pueden alcanzar la salvación.
  • La Caridad, centro, alma y medida de la perfección cristiana. Esta es el contenido de las escrituras, el fin de la teología, la síntesis de la filosofía y la esencia y medida de la perfección cristiana. Pone en un juego el dinamismo cristiano y el único deseo que tiene es a Dios.
  • La humildad, condición indispensable para el crecimiento de la caridad. Tenemos que reconocer lo que somos: creaturas, hemos de reconocer la gratuidad de la gracia.
  • La purificación, ley de las ascensiones interiores. Necesitamos de la ascesis para crecer en la caridad.
  • La necesidad de elaboración. El hombre ha de ser maestro o de oración y preparar su corazón para recibir lo que Dios quiera dar. Esta oración debe llevarnos a los demás, que es de índole social.
  • La ascensión por los grados del alma hacia Dios. Describe cuatro grados: virtud, serenidad, entrada y morada o contemplación.

Leyó y conoció de memoria muchas obras de filósofos, entré ellas estaban las de Ciceron,Varron,Séneca, Plotino y Porfirio. Sintió preferencia por los neoplatinos que ejercieron una gran influencia en él, pero a los que corrigió. Esta predilección se basó en considerarles los filósofos clásicos más cercanosa l cristianismo y por haber dado vida a una enseñanza común de la verdadera filosofía. Los principios que componen y en los que se inspira la filosofía de San Agustín son la interioridad, participación e inmutabilidad.

Con el primero hace una invitación al sujeto para que se vuelva a sí mismo, pero no para pararse en el sujeto, sino para que se dé cuenta de que en él hay algo más que lo trasciende. La mente humana está en relación con las realidades inteligibles e inmutables. Con este principio demuestra la existencia de Dios, prueba la espiritualidad del alma y su inmortalidad y además da una explicación psicológica de la Trinidad.

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